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EL FIN NO JUSTIFICA LOS MEDIOS: Zombis tecnológicos vacíos de contenidos.


Fuente: https://vidanueva.edu.es


En numerosas ocasiones habremos escuchado la frase “El fin justifica los medios”, pues bien, en esta ocasión no es así.


¿Por qué creemos que como docentes debemos usar fundamentalmente las nuevas tecnologías? ¿Creemos de verdad que la única forma que tenemos de motivar a nuestro alumnado es con el uso de las mimas?


La falta de motivación no sólo supone un obstáculo para el aprendizaje de los conceptos, sino también una dificultad para los docentes en su labor de impartir la docencia. Los estudiantes pierden la atención y generan situaciones de caos que imposibilitan el correcto devenir de las clases.


Es por tanto uno de nuestros principales objetivos como docentes, el crear una motivación adecuada en todos nuestros alumnos.

¿Solo se puede conseguir con el uso recurrente de las nuevas tecnologías?


La respuesta es no. Cuando se trata de aprender, la variabilidad es la regla no la excepción. Esta afirmación está enmarcada en “El Diseño Universal para el Aprendizaje”, también conocido por sus siglas DUA (UDL en inglés). El diseño universal para el aprendizaje es un enfoque en el que prima la flexibilización del currículo desde que se gesta, para que sea abierto y accesible desde el principio: un currículo donde se eliminen o reduzcan al máximo las barreras para el aprendizaje que existen en los contextos educativos.


A veces, cuando hay un niño desmotivado es posible que lo que le suceda es que esté desilusionado. La razón puede ser que le cueste seguir el ritmo de la clase e implicarse en los proyectos en grupo. En este caso, el refuerzo positivo resultará la opción más adecuada y no servirá de mucho el sobrecargarle con el uso de tecnologías.


Sin embargo, no se puede obviar que la sociedad actual es tecnológica de por sí, y no podemos desvincular este hecho de la educación, aunque no tomando las tecnologías como el eje principal del desarrollo de las clases.


La llamada Generación Z, que se define como aquellas personas nacidas entre mediados de la década de 1990 y principios de la década de 2000, son los alumnos que a día de hoy conforman nuestras clases. Han nacido en una época en la que la vida se basa, en gran parte, en las nuevas tecnologías. Comprar unas entradas para ir a un concierto, hacer un regalo o la comunicación entre ellos tienen lugar a partir de aparatos electrónicos que permiten llevar a cabo desde casa multitud de tareas. De este modo, las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) tienen que formar parte del aula y ser utilizadas en la clase. Es adecuado animar a los alumnos a usarlas para documentarse, aprender, practicar lo aprendido, llevar a cabo proyectos, ampliar conocimientos y disfrutar de nuevas experiencias, pero nunca primaran sobre los contenidos curriculares.


Un estudio de 2014, Generation Z Goes to College (Seemiller, Corey (2016). Jossey-Bass. ISBN 978-1-119-14345-1.), encontró que los estudiantes de la generación Z se identifican a sí mismos como leales, compasivos, reflexivos, de mente abierta, responsables y determinados. Usan a menudo las tecnologías y están muy familiarizados con ellas, pero al mismo tiempo demandan una vuelta a un modelo no tan tecnológico, ellos mismo se dan cuenta de la actual desnaturalización de las relaciones sociales.


Al hilo de lo anteriormente expuesto, otro posible problema que puede generarse con un uso excesivo y prioritario de las nuevas tecnologías en las aulas, es que el acceso a las TIC no siempre es posible para todos los alumnos. A veces, se presupone que todos tienen acceso a las TIC y, por tanto, se planifican actividades suponiendo este hecho, pero en ocasiones hay alumnos que por su situación económica y social no pueden acceder. Esto puede generar segregación e incluso una brecha “digital” entre ellos.


Las anteriores reflexiones, tienen un importante ejemplo real en nuestro tiempo:


Suecia ‘saca’ las pantallas de las aulas y regresa a los libros de texto.

Limita el uso de TIC porque estarían creando una generación de “analfabetos funcionales”.

(https://www.deia.eus/actualidad/sociedad/2023/06/12/suecia-saca-pantallas-aulas-regresa-6916918.html)



Imagen 1: Zombis tecnológicos. Fuente: https://elcandelerotecnologico.com


Suecia, que ocupa la novena posición del informe PIRLS de comprensión lectora ha echado el freno a su plan de digitalización de las aulas, que debía acelerar este 2023. El país llevaba meses debatiendo y cuestionando el papel de los ordenadores y las pantallas en las aulas de las escuelas hasta que hace unas semanas, el pasado 15 de mayo, la ministra de Educación, Lotta Edholm, del Gobierno conservador de Ulf Kristersson anunció que dejaba en suspenso la estrategia de digitalización de las aulas que el pasado diciembre había aprobado la Agencia Nacional de Educación.


En diciembre, la ministra Edholm ya apuntaba sus reticencias a los beneficios de las pantallas en las aulas. Para ella, la digitalización era “un experimento” y manifestaba su malestar por la “actitud acrítica que considera la digitalización como algo positivo, sin que importe el contenido”. Edholm defendía que los libros tienen “ventajas que ninguna tablet puede sustituir”.


Imagen 2: Libros de Educación Secundaria Obligatoria


Reflexión final


La motivación en el aula es muy importante para que una clase se desarrolle en las mejores circunstancias posibles. Motivar a los estudiantes se consigue a través de la pasión en el trabajo, de la creatividad de los docentes y la aplicación de herramientas innovadoras que no tienen por que ser eminentemente tecnológicas y que permiten a profesores y alumnos avanzar en el conocimiento. Si un alumno no está motivado, no se esforzará por seguir las clases y poco a poco se irá distanciando más. Por ello, es recomendable enfocar el contenido curricular desde múltiples visiones, existen actividades que se pueden llevar a cabo de manera manual e innovadora, aunque sin olvidarse de que apostar por el uso razonable y adecuado de las nuevas tecnologías puede ayudar en determinadas situaciones. Por supuesto, siempre es buen momento para ayudar a los alumnos en el uso de las tecnologías de manera responsable.


La generación Z ya nace en una sociedad tecnológica y demanda cada vez más el uso de otras herramientas para el aprendizaje, seamos innovadores y utilicemos los recursos disponibles de forma creativa, sin utilizar las TIcs como soporte principal de las clases, pero tampoco volviendo al sistema arcaico de clases magistrales.


Es bastante interesante la visualización de los siguientes videos, donde se describe a la generación Z como la generación Z(ombi) tecnológica:



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